Una noche Enrique salió a hacer fotografías pero repentinamente unos murciélagos le tiraron la cámara, la buscó pero no la encontró, entonces apareció una anciana que le dijo que la cámara estaba en su castillo pero que para recuperarla tendría que enfrentarse contra un dragón con una espada y así lo hizo. La batalla fue intensa pero al final ganó al dragón, descubrió una princesa. Como estaba fría Enrique le prestó su chaqueta, la llebó a casa y se casó con ella.
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