Amapola curiosa,
que al son de este
cantar bailas sin parar.
Me dijiste una vez,
que te fuiste de paseo
con este bello juglar.
Jugaste entre las olas,
con el pequeño juglar.
Te consiguió enamorar,
te dijo que te quería
y sin parar de reír
os lo pasasteis genial.
Una mañana triste
tu llorabas sin parar,
el juglar no te quería
y se fue sin rechistar.
Amapola curiosa
ya no llores más
porque algún día volverá.
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